jueves, 29 de noviembre de 2007

Cosas que pasan...


Hoy el día es gris, gris y frío…desde mi habitación no llego a advertir el sonido del exterior, y veo moverse las hojas de los árboles sin más sonido que el de mi teclado…Desde el cristal de mi ventana aprecio un vaivén sin sonidos, una quietud que apacigua el ir y venir del día en París, detiene el momento, me deja un espacio temporal en este instante de sosiego en el que me hayo…son los minutos al día que puedo respirar.

Vuelvo a mirar el espectáculo de las hojas que han pasado del otoño a un no muy lejano invierno, siguen ahí, delante de mí, como una película de cine mudo en tonos sepia…y a veces pienso, ahora mismo pienso, en este instante de mi existencia, si no seremos todos alguna que otra vez especetadores de la vida, de nuestra propia vida a veces…de hecho no podríamos ser espectadores de la vida en sentido general si no poseyesemos una “vida propia”, una perspectiva, como diria Ortega, desde la que enfrentarnos a nuestros desconocidos semejantes.

Puede que a veces, o siempre, seamos espectadores, veamos la vida individual e “intercolectiva” como algo que nos pasa. El problema es que la vida no pasa, no nos pasa…las situaciones no nos pasan, las “cosas” no nos pasan…todo lo que nos hace ser nos-otros (uno mismo y a la vez lo que no somos, lo otro) no son cosas que pasen, son cosas que vivimos…que nos conforman, que nos matizan, que nos suavizan o nos embrutecen, que nos desgarran o nos remiendan…

La vida no debería ser vista desde fuera, la vida debería ser vivida desde denro y dentro de nosotros, saliendo y expresándose en nuestra superficie por medio de manifestaciones que los otros reconozcan como personales e intransferibles a la hora de vernos…la vida no debería pasar ni pisar…porque una vida pasada, una vida que pasa no es una vida, es una película, un cuento, un relato o una historia, un “algo” que no está en nosotros, que no se queda a configurarnos, que pasa y nos pisa, pero no nos marca…es un pasar sin matizar…la vida no es para ser dejada pasar, la vida es para vivirla…

martes, 27 de noviembre de 2007

Soñar...


No pocas veces me cuestiono sobre la importancia del soñar, del ir más allá de nuestro aquí y ahora con los precarios medios de nuestra realidad humana...personalmente, me parece mucho, de hecho me parace asombroso como de un minúsculo recuerdo, de una instantánea imagen, de la brevedad de la percepción de un sutil ároma podemos crear mundos, escenas y a veces hasta personas-jes inexistentes...¿o existentes? ¿Es qué por existir en nuestra imaginación, en nuestros sueños, son menos inexsitentes que aquellos que creemos ver, sentir y tocar en lo que llamamos realidad? Yo, más bien, preferiría llamar a ese estado no realidad, sino más bien Estado-de-no sueño...

Porque...¿quién nos dice que lo que creemos vivir no es sino una realidad menos real que el sueño?

Puede que los que lean estás líneas piensen que está bien clara la distinción entre estos dos estados, sin embargo...¿no vivimos la mayoría de las experiencias de esa que llamamos nuestra de vida de una forma menos profunda de la que hemos sentido nuestros sueños? ¿Acaso no es una realidad más viva y permanece más en nuestro recuerdo la realidad de los sueños?

El ser humano, cada uno de nosotros, somos seres de sueños, seres de proyección, seres de creación y de creatividad...El sueño no es sino el espacio en el que vida convertida en recuerdo, ese material en potencia, se convierte en el hilo que teje la malla de una cortina de color pastel que dependiendo del brillo del sol va cambiando su tonalidad...depende del momento de la vida, de los recuerdos, de lo proyectado...de esa maraña que nos va configurando sin determinación concreta y definitiva...esa cortina que nunca terminara de cubrirnos y que cuando lo haga será como la venda que termina de cubrir al cadaver anunciando el final de su capacidad de soñar...


Puede que nadie comprenda lo que aqui intento plasmar...esto no ha de vivirse como realidad...sólo ha sido un sueño...